22 junio 2024

Reseña. Los genocidas, una distopía al uso que está por cumplir sesenta años. Felipe Bochatay.

 

Título original: “The Genocides

Thomas M. Disch.

Año de publicación: 1965

 


La literatura de ciencia ficción tuvo en los años ’60 del siglo pasado a exponentes que centraron su producción en llevar al límite los problemas sociales y medioambientales que se comenzaban a observar. Las consecuencias no deseadas de la modernidad empezaban a pasar factura. Si a ello le sumamos lo peor de la guerra fría, estamos frente a un mundo extremadamente peligroso, a la vez que frágil, plasmado en la literatura de época.

Así nos encontramos, en un simple vistazo, con la trilogía distópica de J. G. Ballard, cuanto menos “Un mundo sumergido”, de 1962 y “La sequía”, de 1964, las visiones oscuras y psicodélicas de Aldiss, el colapso poblacional de “Hagan sitio, hagan sitio”, de Harry Harrison de 1966 y la obra debut de Thomas M. Disch, “Los genocidas”, de 1965.

Si en las obras de los autores antes mencionados encontramos alguna pequeña luz de esperanza en la supervivencia de una humanidad exangüe y al límite de su extinción, en este caso la más mínima posibilidad está completamente vedada.

Una extraña invasión alienígena ha ocupado el planeta tomándolo como un campo de cultivo y los seres humanos, como el resto de las especies que habitan el suelo, son en cuestión de poco tiempo barridos como alimañas o plagas que pueden agredir el cultivo.

En pocos años la civilización se derrumba, las ciudades colapsan y sólo algunos grupos pequeños mantienen a raya las gigantescas plantes alienígenas que se consumen los recursos del planeta. En ese estado Thomas Disch nos presenta un experimento social en el que las más bajas pasiones humanas son puestas de manifiesto frente al hambre y la desesperación de las personas que en grupos reducidos replican los comportamientos de las grandes civilizaciones extinguidas.

Siguiendo la línea argumental de la obra, somos un suspiro en el universo, en este caso degradados al estado de una chinche o una oruga, una alimaña que solo debe ser barrida de la tierra por el solo hecho de estorbar el desarrollo de un cultivo.

Deprimente por donde se la mire o lea pero tan necesaria en un mundo en que lo pasatista y frívolo puede jugar una mala pasada. Cada página es un descenso en el espiral de la angustia existencial. Uno busca algo en el texto de qué aferrarse para que esos sufrientes personajes puedan vivir, salvar a la humanidad (¿para qué?) pero a medida que pasan las páginas, en mi caso, el dolor se va instalando más y más para llegar al final con un nudo en la garganta porque el fin de la humanidad es casa vez más poderoso, más omnipresente y demencial. No hay nada por hacer más que correr, huir hacia adelante, para morir antes o después.

  Los genocidas, obra debut de Thomas Disch, nos abre los ojos acerca de los insignificantes y frágiles, a la vez que crueles, somos. Cierra la novela con una imagen potente a la vez que acojonante con unos Adán y Eva desnudos, al límite de sus fuerzas y al borde de la inanición emergiendo de las entrañas de la tierra para observar la supremacía de la naturaleza, en este caso extraterrestre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recordando a Adolfo Bioy Casares. Por Felipe Bochatay.

  Introducción . El escritor Adolfo Bioy Casares es considerado uno de los escritores más importantes del s. xx en Latinoamérica. Nació en...