30 marzo 2025

Hermano-sombra o ese otro que acecha. Felipe Bochatay.

 

Que las historias estas llenas de paradojas, curiosidades y más historias olvidadas no es ninguna novedad. 
    

El 30 de marzo de 1852, en Zundert, Países Bajos, tenía lugar el nacimiento de Vincent Willem, en el seno de la familia Van Gogh. 

Quizás sea un dato engañoso, lo que todo el mundo sabe, bueno, los que están en el arte, es que el 30 de marzo de 1853 nace el más conocido de los Vincent Willem.   

De qué va esto.

¿Dos Vincent Van Gogh? Así es. Del primero poco se sabe, tal vez que vivió unos días o un poco más. No hay registros fidedignos. Hoy es solo una sombra en el devenir de la historia. Y no importa mucho en verdad, aunque se trate de la muerte de un niño, en esa época la mortalidad infantil era estrafalaria. Por otro lado, fue su hermano homónimo quien sería más tarde el famoso y atribulado pintor.

El pobre hermano, muerto prematuramente al parecer, fue enterrado en las cercanías de donde vivía la familia, más precisamente en las inmediaciones de la iglesia donde era pastor protestante el padre de ambos Vincent, por lo que no es de extrañar que, siendo tan solo un niño, Vincent Willem (Jr?) visitase una tumba donde estaba grabado su nombre y apellido. Algo que hiela la sangre.

Así que vaya problema para los consteladores o estudiosos de las cartas astrales. Dos hermanos, nacidos el mismo día, con el mismo nombre, pero separados por un año y la incertidumbre de no saber qué podría haber sido el primer Vincent. Ni hablar de los problemas psicológicos relacionados con la suplantación simbólica de una vida por la otra, o ni que hablar de los problemas de la relación de los padres respecto a ese niño, ¿una nueva versión del primer Vincent?

Sin embargo esta no es la primera, ni será la última, de las curiosidades entre hermanos, después de todo desde los tiempos bíblicos de Caín y Abel los hermanos vienen dando que hablar.

Mark Twain, el mordaz escritor norteamericano tuvo un hermano gemelo en su infancia. Cuenta el mismo escritor que para diferenciarlos le ataban a cada uno una cinta en la muñeca con un color diferente. Siendo tan solo bebés los dejaron solos en la bañera y uno falleció ahogado. Hasta acá otra muerte horrible de un niño. Lo macabro es que estando ambos en el agua sus pulseras se desataron, de tal forma que en verdad nunca se supo quién se ahogó.

De esta forma surge la famosa frase de Mark Twain: “Desde entonces no sé si yo soy yo o mi hermano”.

¿Más curiosidades? Mark Twain nació en 1835, con el paso del cometa Halley, y falleció en 1910…

            La última historia que me trae la memoria la leí en la interesantísima biografía de Philip K. Dick de Emmanuel Carrère “Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos: Un viaje en la mente de Philip K. Dick”. 

     En ella relata otro hecho parecido. Allí se describe de forma muy descarnada los primeros años, bueno toda la vida, pero acá importa esto, el siguiente dato: Dorothy Kindred Dick, dio a luz el 16 de diciembre de 1928, en Chicago, a una pareja de mellizos sietemesinos; Philip y Jane.

 Según Carrère ambos tuvieron al poco de nacer sus propias lápidas. La historia cuenta que eran muy pobres y que la madre solo tenía leche para uno solo. Sabemos quién fue el sobreviviente, Jane falleció a las cinco semanas de vida.


    
    Lo cierto es que cuando en 1982 fallece Philip, fue su padre quien entierra sus restos junto a los de su hermana Jane. A la lápida, doble, solo había que gravarle la fecha de fallecimiento de Philip.

    Según palabras de P. K. Dick, el fantasma de su hermana siempre rondó en su cabeza, viéndose reflejado ese hecho dentro de sus novelas, como también otras cosas, dado que además de sus problemas mentales llevó una vida relacionada con las drogas alucinógenas, pero ese es otro tema.

26 marzo 2025

La mano del muerto o El Conde de Montecristo II. Por Felipe Bochatay.

 

Que la literatura tiene vericuetos con trampas y olvidados por el paso del tiempo no es ninguna novedad. Debo reconocer que durante muchos años viví engañado, es decir, hace más de treinta años que estoy en la idea que “La mano del muerto” era una novela de Alejandro Dumas (padre), de hecho, siempre la consideré una obra menor del gran escritor francés, una resolución desafortunada de la híper famosa “El conde de Montecristo”.

Sin embargo, pese a haberla leído en mi adolescencia, hace más de treinta y cinco años, siempre me jacté de haber sido un lector temprano de Dumas, y en particular de esta obra, ante el desconcierto de todo el mundo, pues nadie la conocía y eso siempre me llamó la atención. Hasta que llegó Internet…

A mis manos llegó esta obra porque mi abuela conservaba una hermosa biblioteca con gran cantidad de libros de todo tipo, entre otros, de la famosa colección argentina “TOR”, esos libros de tapa dura amarilla en la que los clásicos del s. xix lucían como novedades literarias. De esa forma en mi infancia y luego en la adolescencia accedí a muchas obras de los Dumas, padre e hijo, como también a “Sandokan”, “El príncipe Valiente”, muchas de Verne y un largo etc. Por supuesto, La mano del muerto también estaba en esa biblioteca, obra que todavía conservo.

Cabe mencionar que la mítica Editorial argentina TOR muy posiblemente haya continuado involuntariamente con el engaño. La Mano del Muerto, atribuida a Alejandro Dumas por la editorial, tuvo una primera publicación en 1946. El libro formaba parte de la colección "Biblioteca Las Obras Famosas". Esta primera edición contaba con 316 páginas de 15,5 x 23 cm y prólogo de Ricardo Padilla Gutiérrez. Algo curioso, por lo menos en mi ejemplar ¡no existe el prólogo!, al dar vuelta la primera hoja arranca sin más la novela. Curioso.

La edición de 1955 traía 252 páginas, textos a doble columna, en un tamaño de 225x155mm y cortes color salmón.

Si debo ser crítico, la novela está correctamente escrita, pero, siempre hay un pero, el desarrollo de la trama cruje por todos lados, en particular el personaje principal del Conde de Montecristo que luce totalmente desdibujado. Si uno sufría por las desventuras de Edmundo Dantés, en esta obra parece un idiota pusilánime, un pelele frente al poder arrollador de un sirviente, un ex convicto sin luces, que anda de un lado para el otro con la mano del padre que ha robado de su féretro. Más o menos por ahí va la cosa, de vengador vengado.

Finalmente, cual marido cornudo, me siento el último en enterarme. La mano del muerto es una novela escrita por Alfredo Possolo Hogan, un novelista portugués casi ignoto, o no tanto. Fue escrita en 1854, nueve años después de El conde de Montecristo, aunque siempre se admitió la autoría de Dumas pese a haber sido publicada en Portugal sin que Dumas lo supiera hasta unos años después.

Possolo Hogan, algunos opinan, fue uno de los tantos escritores que trabajaba para Alejandro Dumas, un “negro”, o como se dice ahora un “ghostwriter”. Esa es una de las teorías pues en torno a la obra de Alejandro Dumas se sabe que hay una infinidad de obras atribuidas a padre e hijo que ni remotamente tienen una línea de ellos en sus páginas.

Porque no es algo que no se sepa, Auguste Maquet, por ejemplo, fue el “negro literario” más famoso de Alejandro Dumas padre, con quien inclusive litigó en los estrados franceses por cuestiones de autoría y tipeo de textos.

El concepto de “Negro literario”, era una etimología francesa del siglo XVIII y no era desconocido en la época. Así se los llamaba a los escritores que componían novelas, folletos políticos, discursos y cualquier texto. Como es más que obvio, ellos nunca se atribuían la autoría, solo cobraban por sus palabras, la que además eran mal pagas. En el caso de la relación de Maquet con Dumas, aquel se encargaba de la documentación para la historia, realizar algunos planos de los personajes, armar la historia, para luego Dumas dar su toque mientras dirige la batuta.

Otra teoría, creo adherir a esta, dice que este escritor portugués bien podría ser un caso más de fandom, muy propio para Watpadd, en la que Possolo Hogan, quizás por admiración pero tal vez para hacerse conocido montándose a una obra consagrada, escribe esta pseudo continuación.

El autor. ¿Quién fue entonces Alfredo Possolo Hogan?

Escritor amateur, aficionado a las novelas de la época, fue un modesto empleado de correos en Lisboa, Portugal, que en sus ratos libres escribía. Como el tema de los derechos de autor, propiedad intelectual y todas esas menudencias todavía no estaba muy desarrollado, este se lanzó a escribir una continuación de su obra favorita. No diremos que la destruyó pero sí que muy flaco favor le hizo a Edmundo Dantes.

Encontrar datos sobre Alfredo Possolo Hogan es algo bastante difícil. Es tema no discutido que nació el 22 de diciembre de 1829 y murió, muy joven, a la edad de 35 años, el 16 de abril de 1865. Fue hijo de Frederico Hogan de Mendonça y de Maria Emília Possolo.

Publicó en el breve espacio de un poco más de diez años la no menos despreciable cantidad de doce, por lo menos, novelas de diversos géneros. Envidiable, a saber: 

Misterios de Lisboa (Mistérios De Lisboa) (1851).

El Matrimonio Forzado de 2 Angeles (Dois Ângelos Ou Um Casamento Forçado) (1851).

Marco Tulio, el Agente de los Jesuitas (Marco Túlio Ou O Agente Dos Jesuítas) (1853).

La Mano del Muerto (A Mão Do Finado) (1854).

Los Disipadores (Os Dissipadores) (1858).

La Vida en Lisboa (A Vida Em Lisboa) (1861).

La Máscara Social (A Máscara Social) (1861).

No Toda la Luz es Oro (Nem Tudo Que Luz É Oiro) (1861).

El Día 1º de diciembre de 1640 (O Dia 1º De Dezembro De 1640) (1862), donde pretende homenajear patrióticamente "todos aqueles esforçados ânimos que levantaram a nossa bandeira”[1].

Aunque también se le atribuye una adaptación (¿folletinesca?), en 1849, de la novela de Walter Scott “Ivanhoe”[2] que había sido traducida al portugués por esos años y que estaba muy en boga. ¿Walter Scott también escribía para Alejandro Dumas?

También se le atribuye el dramaO Último dos Jesuítas em Portugal”, de 1862 o la comedia satírica de costumbres “Não Despreze sem Saber”, de 1861, y “O Marido no Prego”, también de 1861.

Dice en su paper Jorge Bastos da Silva[3]: “…. consideramos el caso equívoco de A Mão do Finado (1853), novela de A. P. Hogan que, al presentarse como continuación de Le Comte de Monte-Cristo, fue atribuida durante más de un siglo al propio Dumas. De hecho, la editorial Lello & Irmão, de Oporto, la reeditó en 1974, y existe otra edición de la Editorial Minerva (Lisboa, sin fecha) que, consolidando este insólito engaño o embuste, atribuye la supuesta traducción a un tal M. J. Dias…” (la traducción del portugués es personal). Lo que sin dudas aportó mayor confusión al tema sobre la autoría de La mano del muerto.

Trama de La Mano del Muerto.

Ojo que hay destripe y spoilers.

Esta novela retoma la historia de Dantés, algunos años después de que su venganza haya sido totalmente consumada. En esta, Benedetto, hijo ilegítimo de Villefort, una de las víctimas de la venganza de Edmundo Dantés, profana la tumba de su padre y le corta una mano. Sobre el cuerpo del padre Benedetto jura tomar venganza contra el conde de Montecristo. Este destino trágico hace que el vengador ahora sea vengado ya que Benedetto busca además de venganza la redención y justicia (¿) para su padre.

Cabe aclarar que aunque el hijo vengador endereza sus pasos hacia ese único objetivo carece de las luces del Conde de Montecristo, quien esta vez aparece timorato, falto de esa capacidad de cálculo y osadía que lo caracterizó en la anterior novela. Vamos, que Benedetto la tiene muy fácil.

En la obra aparecen otros personajes de El Conde de Montecristo y todo eso hace entender que esta es una secuela hecha y derecha. Sin embargo hay que decir que la historia cruje, es mucho más corta que El Conde de Montecristo y los personajes lucen planos, sin evolución ni la frescura de aquella obra.

Por otro lado Benedetto no es como Edmundo Dantés, que planea y ejecuta con precisión de cirujano. Acá el hijo ilegítimo de Villefort va robando y matando gente a diestra y siniestra como único plan rector de su venganza. Por su parte, Dantés, tan avispado y sagaz, parece que la fortuna ha ablandado su carácter ya que en esta obra dan ganas de abofetearlo para que despierte pues no hay modo que no se entere que se le viene la noche.

Por extraño (endeble) que parezca el vengador Benedetto va ganando adeptos que muy fácilmente consigue hacer cambiar de parecer para que dejen de ser amigos de Dantés y convertirse en enemigos velados de este.

El final no es mejor, la obra se precipita (cae de un décimo piso) con una cantidad de muertes innecesarias, creo, e inexplicables. No continúo destripando el final por si alguien desea leerlo y no es esa la intención mía.

En definitiva, al parecer la primera aparición en Lisboa de La mano del muerto fue en forma de folletín y se publicó con el subtítulo de “Continuación de El Conde de Montecristo”. Quizás por ello se debe el estilo de la obra, no lo sé.

Si pica la curiosidad, es una obra que se puede leer de un tirón aunque reconozco que la leí en mi adolescencia y me generó tal rechazo la forma tonta en que cae Dantés en la burda trampa de Benedetto y todas las muertes que hay que tengo una cierta aprehensión a volver a tomar el libro para hacerle una relectura, que se la merece. En fin, quizás dentro de cincuenta años lo haga.

[1]https://www.goodreads.com/author/show/4617866.Alfredo_Possolo_Hogan.

[2]“Algumas Notas mais sobre Ivanhoeno Romantismo Português (em torno de Alfredo Possolo Hogan–e com uma hipótesesobre o Frei Luís de Sousade Garrett)”. Jorge Bastos da Silva. Universidade do Porto –ILC. N.º 34 – 06/ 2016 | 497-521 – ISSN 1645-1112 | http:/dx.doi.org/10.21747/16451112/litcomp34a29.

[3]Ídem 2.

23 diciembre 2024

Crítica. Cine. "Ludo".

 



"Ludo" es una película de terror india de 2015 dirigida por Qaushiq Mukherjee y Nikon que se puede ver por Netflix.

¿Una película sobre el problema de la ludopatía? No, no sé.

Brevemente podemos decir que la trama gira en torno a cuatro jóvenes, que buscando divertirse en la noche, luego de algunos intentos frustrados de alojarse en algún hotel, se adentran en un centro comercial y aguardan a que cierre para poder disfrutar del lugar para ellos solos. Sin embargo al poco de comenzar la diversión se encuentran a una misteriosa pareja que los invita a jugar un juego de mesa con consecuencias siniestras.

Si bien la película ha recibido críticas mayormente negativas, 2,3/10 en “Filmaffinity” y 2,8/10 en “IMDb”, considero que cuando la nota es tan baja algo debe haber de interesante. Por otro lado me interesó porque la ubican entre géneros tan variados como el de terror, fantasía, suspenso o thriller.

En primer lugar las cuestiones técnicas. Ha participado en diversos festivales y fue proyectada en el Festival de Sitges de 2015. Su duración, se agradece, 92 minutitos; el casting, absolutamente impronunciable, son todos indúes, por lo que ni idea de quienes son. Quizás renglón aparte merezca una de las actrices, me refiero a Subholina Sen, cantante, actriz y performer, que destaca en el sexteto principal de actores.

Lo bueno del film: los giros de guion son tan bruscos que uno nunca sabe hacia dónde va la cosa, que en el cine actual no es poca cosa, sino sigan mirando La Brea. Por otro lado los efectos especiales son casi nulos, se nota que está hecha con dos rupias. El maquillaje es bastante flojo también y si uno logra suspender la credulidad por un rato se puede llevar unas buenas salpicaduras de sangre pues el gore abunda en unas escenas muy bien logradas dentro de ambientes que terminan sintiéndose muy opresivos.

A ello debemos sumarle la sensualidad exótica (para los occidentales) de las sufrientes actrices, pues a lo largo del film verán tripas, muertes, muchos primeros planos con sangre y gritos por doquier. Por tanto en resumen, resultan bastante convincentes.

El film comienza con una sentencia moral, que al final se hace realidad. La madre de una de las chicas pretende impedir que salga de fiesta con “esas ropas”. Pareces una prostituta, le dice, por lo que la chica huye, dejando su teléfono móvil en el dormitorio. En las escaleras del edificio se encuentra con su amiga de andanzas para ir al encuentro de sus dos enamorados, unos muchachos un poco tontos, que las llevarán de parranda.

La cuestión es que todos desean tener sexo pero luego de beber algunas copas descubrimos que la moral indú es bastante férrea pues no pueden hacer algo tan sencillo como alquilar un hotel por horas para poder hacer eso que tanto anhelan. Total que deambulando ingresan a un centro comercial para disfrutar del aire acondicionado y aguardar a que cierre para tenerlo a sus anchas, sin embargo una extraña pareja (¿ancianos?, ¿inmortales? ¿partes integrantes del centro comercial maldito?) se les aparece y los obligan a jugar un juego, el ludo, solo que este es un juego artesanal en donde si una ficha come a otra esto es literal. Es decir, juega por tu vida.

Uno de los aspectos más destacados de "Ludo" es el uso de la sensualidad exótica como recurso para intensificar la tensión narrativa. Las actrices, con actuaciones deliberadamente provocativas refuerzan el carácter inquietante de sus personajes, pues ellas acaban siendo el centro de un film inquieto e insólito a la vez.

Por suerte las escenas sangrientas son explícitas y gráficas mas no gratuitas. Están diseñadas para generar un impacto visceral, destacándose como una de las fortalezas visuales del filme dentro de lo criticable que pueda ser el producto. Pese a la escasa expresividad de los actores masculinos los amantes del cine gore aplaudimos sus muertes violentas.

Al mediar el metraje me perdí, pero hay más gore, sangre y escenas locas y dantescas, entiendo que muy propias de su cultura e inclusive algo impensado, una breve escena de una riña de gallos.

¿Porqué me perdí?, pues porque las escenas son un tanto caóticas saltando de un lugar a otro sin mayores miramientos. Para colmo de males cuando menos te das cuenta el film da un giro abrupto y abandona a los personajes del centro comercial, hasta ese momento principales, para enfocarse en los dos ancianos malditos, es decir, en la historia que da origen a la maldición.

Hay imágenes psicodélicas, pero no se abusa del recurso, todo ello mezclado con magia e ilusión, un juego maldito, una flauta mágica, y un extenso etc. de desvaríos, entre ellas una sentencia: “El juego tiene vida propia y anhela una sola cosa, sangre”. Tomá.

            En definitiva, la narrativa caótica pero efectiva junto a los elementos gore y atmósfera sensual y perturbadora, hacen de “esto” un producto digerible por lo visualmente poco común en el cine de terror indio haciendo de estos 92 minutos una experiencia recomendable para quienes buscan algo diferente en el género, especialmente si disfrutan de la combinación de lo macabro con lo provocativo.



            Mi calificación: (el 8 acostado, obvio) /10. No me siento capaz de calificar esto. Felipe Bochatay.

15 septiembre 2024

Recordando a Adolfo Bioy Casares. Por Felipe Bochatay.

 

Introducción.

El escritor Adolfo Bioy Casares es considerado uno de los escritores más importantes del s. xx en Latinoamérica. Nació en una familia acomodada en Buenos Aires, Argentina, un 15 de Septiembre de 1914 y falleció en Buenos Aires, Argentina, en 1999. Cursa estudios universitarios en derecho, recibiéndose de Abogado, pero nunca ejerce.

Su familia poseía una biblioteca muy rica en literatura argentina y los clásicos universales, tanto en castellano, como en inglés y francés. La posición económica que gozó le permitió conocer el mundo realizando largos viajes al extranjero.

A principios de la década del ’30 conoce a Jorge Luis Borges, quien será su amigo hasta los últimos días de este. Juntos, utilizando distintos pseudónimos, escribieron a cuatro manos obras como Seis problemas para don Isidro Parodi, un libro de cuentos bajo el seudónimo de H. Bustos Domecq.

Durante el año 1940 se casa con Silvina Ocampo, escritora y pintora, perteneciente a una familia de intelectuales argentinos. Es este el año de su despegue como escritor con la publicación de la novela La invención de Morel, con el que obtiene el Premio Municipal de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo allí no se termina su obra, que fue extensa en cantidad y en el tiempo, publicando casi hasta su últimos días de vida, dejando en su haber importantes obras de ficción, policial, fantasía y ciencia ficción. Sus obras fueron traducidas a más de veinte idiomas y cosechó importantes premios y honores, entre ellos el Premio Miguel de Cervantes, en 1990 y el Konex, en 1994. Asimismo muchas de sus obras fueron llevadas al cine.

Participó de numerosas revistas literarias, entre ellas Sur. Junto con Borges, además, dirigió la famosa colección de novelas policiales “El séptimo círculo”, evocando a los anillos del infierno del Dante, en este caso el sétimo, reservado para los violentos. Esta colección tuvo desde 1945 el rol de difundir lo mejor de la literatura policial. Entre 1945 y 1983 se publicaron casi 400 libros con lo mejor de este género.

Lo interesante de esta colección es que sus tapas son fácilmente reconocible por los dibujos geométricos casi abstractos o cubistas de José Bonomi. En estas obras de arte en sí mismas se describe la estética de la novela policial con precisión. Bioy Casares, tiempo después, atribuyó al diseño de portada y al emblema de la colección, un caballo de ajedrez, una parte del éxito.

También con Borges y Silvina Ocampo publican la importantísima Antología de la literatura fantástica reuniendo lo mejor de un género literario que hasta ese momento no había podido gozar del podio y el respeto de la “alta” literatura.

Dice Adolfo Bioy Casares en el prólogo a esta obra:

 “Para formarla hemos seguido un criterio hedónico; no hemos partido de la intención de publicar una antología. Una noche de 1937 hablábamos de literatura fantástica, discutíamos los cuentos que nos parecían mejores; uno de nosotros dijo que si los reuniéramos y agregáramos los fragmentos del mismo carácter anotados en nuestros cuadernos, obtendríamos un buen libro. Compusimos este libro. Analizado con un criterio histórico o geográfico parecerá irregular. No hemos buscado, ni rechazado, los nombres célebres. Este volumen es, simplemente, la reunión de los textos de la literatura fantástica que nos parecen mejores. Omisiones. Hemos debido resignarnos, por razones de espacio, a algunas omisiones. Nos queda material para una segunda antología de la literatura fantástica. Deliberadamente hemos omitido: a E. T. W. Hofmann, a Sheridan Le Fanu, a Ambrose Bierce, a M. R. James, a Walter de la Mare. Aclaración. La narración titulada El Destino es Chambón perteneció a una proyectada novela de Arturo Cancela y Pilar de Lusarreta sobre la revolución del 90. Gratitudes. A la señora Juana González de Lugones y al señor Leopoldo Lugones (hijo), por el permiso de incluir un cuento de Leopoldo Lugones. A los amigos, escritores y lectores, por su colaboración. Adolfo Bioy Casares, Buenos Aires, 1940”.

 

Su pluma supo manejar con exquisitez lo fantástico combinándolo con un gran sentido del humor. Supo captar los “caracteres de lo argentino” en el Diccionario del argentino exquisito y sus obras de ciencia ficción, en especial las novelas y cuentos de los años ’40 a ’60 del siglo pasado, son joyas de la perfección llevadas a la construcción de una historia.

Dijo Borges, su gran amigo, en el prólogo a La invención de Morel:

En español, son infrecuentes y aun rarísimas las obras de imaginación razonadas. Los clásicos ejercieron la alegoría, las exageraciones de la sátira y, alguna vez, la mera incoherencia verbal; de fechas recientes no recuerdo sino algún cuento de Las fuerzas extrañas y alguno de Santiago Dabove: olvidado con injusticia. La invención de Morel (cuyo título alude filialmente a otro inventor isleño, a Moreau) traslada a nuestras tierras y a nuestro idioma un género nuevo. He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”.

La invención de Morel, publicada en 1940, es para muchos la primera obra de ciencia ficción latinoamericana reconocida en forma amplia en el extranjero, a la par que fue su primera gran obra. Luego llegarán Plan de evasión, La trama celeste, El perjurio de la nieve, El sueño de los héroes, Historia prodigiosa y un largo etc.

Como excusa para recordarlo en el mes de su nacimiento traigo a consideración uno de sus cuentos más logrados, La trama celeste.

La trama celeste.

La trama celeste es un libro de cuentos publicado en Argentina en 1948, contiene seis cuentos entre los que se encuentra el que le da título al libro. Estos relatos son eminentemente de corte fantástico, un género que dominaba a la perfección. En todas estas seis pequeñas joyas el tema del tiempo, el espacio y el poder de la mente están presentes.

Destacan El perjurio de la nieve, en donde el horror y lo fantástico se dan cita a una obra en el que el concepto de tiempo es torcido en favor de uno de los personajes. También destaca En memoria de Paulina, en donde las diferencias entre esta vida y el más allá se conjugan con el tema de los celos.

Alerta spoiler. Si no has leído el cuento, en este momento deberías dejar de leer si no quieres toparte con algunos destripes y spoilers del cuento.

En este cuento, que inobjetablemente es una obra de ciencia ficción, el tema del espacio y el tiempo son tratados de una manera muy particular, a la par que la idea de los mundos paralelos que se tocan unos a otros por ¿cuerdas? está presente en este cuento largo. Cito:

 “… Finalmente, para lectores acostumbrados a la antigua noción de mundos planetarios y esféricos, los viajes entre Buenos Aires de distintos mundos parecerán increíbles. Se preguntarán por qué los viajeros llegan siempre a Buenos Aires y no a otras regiones, a los mares o a los desiertos. La única respuesta que puedo ofrecer a una cuestión tan ajena a mi incumbencia, es que tal vez estos mundos sean como haces de espacios y de tiempos paralelos.

 

En estos mundos las variaciones espacio-temporales son tan ligeras que sólo un lector muy atento podrá admirar la construcción de este universo por Bioy Casares. Ello lleva a pensar que esos universos deben ser, y de hecho lo son, infinitos.

Una de las características más importantes en Bioy Casares es que casi todas sus historias tienen como antecedente o universo contenedor alguna idea filosófica o científica que la justifique. En este caso recurre a Louis-Auguste Blanqui y su obra La eternidad a través de los astros, de 1872, de donde se nutre para poblar este cuento de mundos paralelos, de los personajes dobles y triples y del espacio que se curva y se toca con otros espacios.

 

“… Alegar a Blanqui, para encarecer la teoría de la pluralidad de los mundos, fue tal vez, un mérito de Servian; yo, más limitado, hubiera propuesto la autoridad de un clásico; por ejemplo: «según Demócrito, hay una infinidad de mundos, entre los cuales algunos son, no tan sólo parecidos, sino perfectamente iguales» (Cicerón, Primeras Académicas, II, XVII). Henos aquí, en Bauli, cerca de Pezzuoli, ¿piensas tú que ahora, en un número infinito de lugares exactamente iguales, habrá reuniones de personas con nuestros mismos nombres, revestidas de los mismos honores, que hayan pasado por las mismas circunstancias, y en ingenio, en edad, en aspecto, idénticas a nosotros, discutiendo este mismo tema? [id., id., II, XL]…”

 

Trama.

“Cuando el capitán Ireneo Morris y el doctor Carlos Alberto Servian, médico homeópata, desaparecieron, un 20 de diciembre de Buenos Aires, los diarios apenas comentaron el hecho. Se dijo que había gente engañada gente complicada y que una comisión estaba investigando; se dijo también que el escaso radio de acción del aeroplano utilizado por los fugitivos permitía afirmar que éstos no habían ido muy lejos. Yo recibí en esos días una encomienda; contenía: tres volúmenes in quarto (las obras completas del comunista Luis Augusto Blanqui); un anillo de escaso valor (una aguamarina en cuyo fondo se veía la efigie de una diosa con cabeza de caballo); unas cuantas páginas escritas a máquina - Las aventuras del capitán Morris - firmadas C. A. S. Transcribiré esas páginas.”

 

La historia comienza con un breve epígrafe a título de presentación de la historia. Esta, titulada “LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN MORRIS” es escrita en primera persona por quien en verdad no es el personaje principal, sino por Carlos Alberto Servian, quien relata la historia de un soldado argentino, Ireneo Morris, piloto de pruebas de aviones. Este sufre un accidente en una de esas pruebas y queda herido. Cuando despierta es interrogado por sus propios pares, que no lo reconocen. Los militares argentinos piensan que es un espía, por lo que queda detenido.

En esta circunstancia entra en escena una enfermera (debe tenerse en cuenta que las mujeres siempre fueron personajes fuertes en la obra de ABC) que lo ayudará a escapar de su detención pese al peligro que ello implica para la enfermera.

En definitiva Bioy Casares nos presenta tres mundos en donde las diferencias son mínimas, muy sutiles, y en las que Ireneo Morris deberá con un sentido casi detectivesco ir descubriendo las esas sutiles diferencias para salir airoso de lo que considera una broma del destino.

Finalmente sabremos que el narrador es un compañero de aventuras de Ireneo Morris que lo acompaña viajando entre los diferentes universos paralelos a la vez que otros casi idénticos “Ireneos Morris” se entrecruzan en diferentes aventuras.

En cada uno de los mundos los personajes son idénticos pero a poco que se investigue se observan sutiles diferencias de carácter, por lo que el tema del doble, tan trabajado en la literatura también acá se ve reflejado. A saber: los mundos sufren sutiles diferencias, vr. gr., en uno de los mundos Cartago no fue destruida por los romanos, por lo que la cultura cartaginesa está presente en ese universo del s. xx, por ejemplo en las calles o en los nombres de las personas.

 

La explicación es evidente: En varios mundos casi iguales, varios capitanes Morris salieron un día (aquí el 23 de junio) a probar aeroplanos. Nuestro Morris se fugó al Uruguay o al Brasil. Otro, que salió de otro Buenos Aires, hizo unos «pases» con su aeroplano y se encontró en el Buenos Aires de otro mundo (donde no existía Gales y donde existía Cartago; donde espera Idibal). Ese Ireneo Morris subió después en el Dewotine, volvió a hacer los «pases», y cayó en este Buenos Aires. Como era idéntico al otro Morris, hasta sus compañeros lo confundieron. Pero no era el mismo. El nuestro (el que está en el Brasil) remontó vuelo, el 23 de junio, con el Breguet 304; el otro sabía perfectamente que había probado el Breguet 309. Después, con el doctor Servian de acompañante intenta los pases de nuevo y desaparece. Quizá lleguen a otro mundo; es menos probable que encuentren a la sobrina de Servian y a la cartaginesa. …”

 

Algunas conclusiones.

El cuento trata el tema, entre otros, de los universos paralelos. En esta temática fueron pioneros, junto a Borges, en introducirla en la literatura de ciencia ficción latinoamericana. Téngase presente que recién en la década del ’50 del siglo pasado Hugh Everett planteará la idea de los universos paralelos.

Por otra parte solo un muy atento lector podrá disfrutar de La trama celeste y sus diferentes mundos en plenitud. El tiempo y el espacio son conceptos fundamentales para este cuento. La repetición de los mundos, personajes y espacios son elementos fundamentales en la construcción de Bioy.

Por otro lado podemos ver algo que en El perjurio de la nieve también se percibe: la eternidad, el detenimiento del tiempo, se da por un expediente sencillo que no otra que la repetición.

Pero esta repetición se dará en diferentes territorios o por diferentes dobles de cada uno de los personajes. Así cada uno de los personajes interactuará dependiendo de la cuestión espacio-temporal y qué cultura predomine en ese mundo.

Para quien desconoce la obra de Bioy Casares, ésta es una buena posibilidad de acercamiento a su obra dado que no temo repetirme, estas son pequeñas obras de ingeniería cuentística, uno de sus mejores trabajos.

Hermano-sombra o ese otro que acecha. Felipe Bochatay.

  Que las historias estas llenas de paradojas, curiosidades y más historias olvidadas no es ninguna novedad.       El 30 de marzo de 1852, e...